Los quistes maxilares no son otra cosa que cavidades que contienen líquido y que están situadas en el seno maxilar. Las causas de que esto suceda suelen ser diversas pero se trata de una alteración común que, en manos del grupo adecuado de profesionales se puede eliminar de una manera sencilla. La etiología no es realmente lo más importante a este respecto sino que normalmente se le da una gran importancia a la tipología de quiste que se vaya a asistir ya que es en estos casos en los que se debe tener en cuenta la importancia de saber cuál es el punto de partida.
Tipos de quistes maxilares
Existen dos clases principales de quistes maxilares. Tenemos, por una parte, los quistes odontogénicos y los quistes no odontogénicos. Los primeros se refieren a una tipología de quistes cuyo desarrollo está vinculado a las piezas dentarias. Algunos de ellos son el quiste gingival infantil, quiste primordial, quiste de erupción o quiste periodontal. En cuanto a los quistes no odontogénicos, podemos determinar el nasolabiar o el del conducto naso palatino como los principales.
Tratamiento común del quiste maxilar
Aunque dependerá de la tipología, si que existe un tratamiento común que, prácticamente, en todos los casos implica cirugía maxilofacial. La quistectomía es una cirugía sencilla que no tiene mayores complicaciones que una anestesia local. El postoperatorio de esta clase de tumores benignos conlleva mantener una higiene perfecta para que no exista ningún tipo de inconveniente para los usuarios. Las técnicas Partsch o de extracción de los quistes mediante la cirugía son la solución para que los quistes desaparezcan definitivamente.