Es la intervención médica que combina el diagnóstico y tratamiento del odontólogo y del especialista maxilofacial. Los pacientes que requieren de este tratamiento complejo son aquellos que padecen de una maloclusión excesiva que les impide tanto funcional como estéticamente llevar a cabo unas funciones de mordida saludables para su mandíbula. De hecho, si estos pacientes no son tratados a tiempo las consecuencias pueden ser desde artrosis mandibular hasta complicaciones más peligrosas como nódulos.
Paso I: Brackets
Son el primer estadio del tratamiento que deben ser realizados por un especialista odontólogo. Este colocará los brackets para que estos corrijan la mala posición dentaria. Sin embargo, por si solos los brackets no pueden corregir completamente la situación que, normalmente, es falta o exceso de proyección del mentón, prognatismo (exceso de proyección de la mandíbula) así como otras alteraciones que van desde la mordida abierta hasta un crecimiento anormal de las mandíbulas superior o inferior.
Paso II: Cirugía maxilofacial
Para una completa corrección de la mordida, la cirugía ortognática paso a paso discurre obligatoriamente por la intervención quirúrgica que consiste en que los dientes del maxilar superior coincidan con los del maxilar inferior. Este tipo de cirugías apenas conlleva riesgos para el paciente y el resultado suele ser asombroso a nivel estético, especialmente en pacientes con protrusión bimaxilar.
Paso III: Postoperatorio y consideraciones antes de la cirugía
Después de la operación existirán molestias – tratadas con analgésicos – durante unas 6 semanas así como una inflamación. Pasados 6 meses se realizará la monitorización final para analizar los resultados.
Previo a la operación: Avisar de enfermedades, alergias, no consumir medicamentos 24 horas antes, no haber fumado previamente y, sobre todo, ser consciente de que la cirugía mejorará tu aspecto pero no es una cirugía estética al uso sino saludable.
Imagen cortesía de Jose maria llamas